El modelo actual de producción y gestión de recursos, bienes y servicios que promueve el consumo a corto plazo está llevando al planeta a una situación insostenible. Es lo opuesto al ciclo de vida de la naturaleza e impide el desarrollo sostenible.
A diferencia de otros modelos donde lo económico prevalece sobre lo social o ambiental, la economía circular es una mejora sustancial común tanto para las empresas como para los consumidores. Emula el comportamiento de la naturaleza -donde no hay desperdicios ni vertederos- porque todos los elementos juegan un papel continuo y se reutilizan en diferentes etapas.
Las empresas que han implementado este sistema están demostrando que reutilizar recursos es mucho más eficiente que crearlos desde cero, lo que beneficia al consumidor no solo económicamente, sino también social y ambientalmente.
Superando el actual modelo industrial que es extractivo, la economía circular apunta a redefinir el crecimiento, enfocándose en beneficios positivos para toda la sociedad. El sistema circular construye capital económico, natural y social, basándose en tres principios: a) diseñar para producir cero residuos y cero contaminación, b) mantener los productos y materiales en uso permanente y c) regenerar los sistemas naturales.
El sistema actual ha llevado al planeta a su límite.
El futuro de los negocios es circular.