El cultivo de abacá, una de las fibras más resistentes del mundo, ha aumentado significativamente los ingresos mensuales de las comunidades indígenas al sur de Costa Rica; dedicadas anteriormente a la producción del plátano. El Proyecto Abacá está alimentando el espíritu emprendedor y el deseo de crecimiento de estas comunidades.
El abacá es una planta herbácea que pertenece a la familia Musáceas. Esta planta, que tiene una vida útil aproximada de 15+ años, produce una fibra resistente al agua, considerada como una de las más fuertes del mundo.
Debido a sus características únicas, la fibra del abacá es utilizada para la producción de bolsas de té, papel de seguridad para billetes, pañales, filtros de maquinaria, textiles para hospitales, cables eléctricos, cuerdas, y redes de pesca entre otros.
El líder mundial en producción de abacá es Filipinas (86% en 2017), seguido de Ecuador y Costa Rica. Sin embargo, la demanda es mucho más grande que la producción.
En 2016 la ONG Dejando Huella inició un ambicioso proyecto de diversificación agrícola en zonas rurales remotas de Costa Rica, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de comunidades indígenas del país. Con la ayuda y asesoría de Dejando Huella, estas comunidades iniciaron con la siembra de abacá; la cual, actualmente, experimenta una alta demanda a nivel global. El proyecto logró una taza de crecimiento económico significativo para 130 familias indígenas.
“OMINA, líder de proyectos que promueven la economía del bienestar en la región, le dio la bienvenida al Proyecto Abacá y logró posicionarlo, consiguiendo el apoyo necesario para su fortalecimiento. El apoyo, la sensibilidad, la inteligencia y el compromiso serio por parte de OMINA hacia el Proyecto Abacá ha sido definitivamente la clave del éxito de esta iniciativa”.
Kate Sibaja, presidenta de Dejando Huella